Auditoría

La importancia de la Auditoría Interna en las organizaciones

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Todos los 11 de agosto en Argentina se celebra el Día del Auditor Interno, en conmemoración de la creación del capítulo argentino del Instituto de Auditores Internos en 1960.
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Toda empresa tiene objetivos que quiere cumplir. Lograr la misión no siempre es tarea fácil, pero es lo que impulsa a las organizaciones a ir más allá brindando productos y servicios de excelencia. Los mercados cambian y las reglas de juego también, por eso es clave contar con un auditor interno que aporte un enfoque disciplinado y sistemático en la evaluación y mejora de la eficacia de los procesos de gestión de riesgos, control interno y gobierno.

 

¿Qué es la auditoría interna?

El Instituto de Auditores Internos (IIA, por sus siglas en inglés) define a la auditoría interna como “una actividad independiente y objetiva de aseguramiento y consulta, concebida para agregar valor y mejorar las operaciones de una organización”.

El alcance de la actividad es integral, comprende aspectos tanto financieros como no financieros y se centra en eventos futuros como resultado de su revisión y evaluación continua de los procesos y controles. Además, tiene un rol importante en la prevención y detección del fraude en cualquier forma.

Para poder realizar su trabajo eficazmente, todo auditor interno debe ser independiente y objetivo. El auditor no debe tener conflictos de interés con la empresa ni las personas que trabajan en ella, a fin de expresar una opinión imparcial. Una forma de expresarla es mediate el doble reporte: a la administración y a la junta directiva. El director ejecutivo de auditoría (DEA) debe reportar a la gerencia para recibir asistencia administrativa, y al comité de auditoría para la dirección estratégica y la rendición de cuentas.

A fin de mantener la objetividad, los auditores internos no deben tener relación personal o profesional con el área que está siendo auditada para poder mantener una mentalidad imparcial y sin prejuicios. Tampoco pueden recibir regalos, bonos o beneficios especiales que menoscaben (o se presuma que menoscaban) su juicio profesional. A su vez prometen confidencialidad sobre el proceso y los resultados al no debatir con terceros (salvaguardando también la imparcialidad) ni utilizando la información revelada durante su trabajo para intereses propios.

 

¿Cuál es la importancia del auditor interno?

Al hacer su trabajo se alinea con las estrategias, objetivos y los riesgos de la organización no solo para asegurar el cumplimiento de las normas, evaluar las operaciones y asegurar la transparencia; sino que también puede ser un agente de cambio en la empresa al recomendar mejoras operativas, evaluar, establecer e implementar políticas y procedimientos que fomenten la eficacia y eficiencia y optimicen los recursos.

El pensamiento analítico y la capacidad de investigación del auditor interno son cualidades que les permiten realizar el trabajo de manera precisa y llevar a la organización al siguiente nivel en términos de cumplimiento y, oportunamente, de crecimiento al fomentar la solidez financiera, operacional y de capital humano.

 

¿Qué hace a un auditor interno exitoso hoy?

En primer lugar, un auditor interno necesita un equipo de expertos tan especializados como las empresas y personas a las que están auditando. La creciente cantidad de nuevas regulaciones y complejidad de los estándares contables, la competencia y la peligrosa sofisticación del fraude de auditoría dificultan exponencialmente el trabajo de estos equipos.

Las habilidades deben ir más allá de la aplicación mecánica de las nuevas reglas contables, con nuevas evaluaciones, controles y juicios que crean una necesidad de nuevas habilidades.

Hoy, el auditor más efectivo posee una amplia gama de atributos no técnicos, además de una profunda experiencia técnica. Las habilidades duras siguen siendo absolutamente necesarias, pero ya no son suficientes por sí solas.

Muchos altos ejecutivos de auditoría otorgan un valor cada vez mayor a cualidades como la perspicacia comercial y de riesgo, las habilidades analíticas, la comunicación, la orientación al servicio, la habilidad para reconocer y responder a diversas formas de pensamiento, estilos de aprendizaje y cualidades culturales.

Los atributos no técnicos han sido reconocidos como diferenciadores competitivos: las habilidades blandas son las nuevas habilidades duras.

 

En su día, en Grant Thornton queremos saludar especialmente a nuestros equipos de auditores internos, que, con su expertise, conocimientos y habilidades soft, llevan adelante auditorías internas de calidad en el dinámico y complejo contexto actual.

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