article banner

Isabel Perea

Isabel Perea

Isabel Perea Gaviria, socia en Grant Thornton España, dice que entender el valor del todo y de aceptar las diferencias en un equipo ayudará a las empresas a ganar la guerra del talento.

En su firma, ¿cuáles son los beneficios que ve en tener equipos con mayor diversidad de género?

La diversidad es una obligación en los negocios. Los equipos diversos aportan una mayor amplitud de visión y distintos puntos de vista al análisis y a la toma de decisiones. Recordemos que los hombres y las mujeres tienen distintas percepciones del riesgo y la oportunidad, como se mostró en nuestro reporte de 2017.

Adicionalmente, una cultura de negocios enfocada en alcanzar una diversidad de género a través de todos los niveles incrementa su habilidad de atraer el mejor talento, el cual creo que es probablemente uno de los desafíos más grandes hoy en día. Las mejores empresas son aquellas con el mejor talento.

¿Cómo pueden las empresas hacer una conexión entre la diversidad y sus objetivos de negocios?

Para alcanzar los objetivos estratégicos necesitamos tener los mejores equipos. Desperdiciar el 50% de nuestro talento es una pérdida en términos de valor. No tiene sentido que las empresas estén dispuestas a abandonar a personas talentosas porque no pueden hacer los cambios culturales necesarios para adaptarse a las necesidades y demandas de la sociedad. No es solamente sobre lo que las mujeres necesitan, es sobre lo que la sociedad pide. Por otro lado, sería útil si los objetivos de las empresas no se enfocaran sólo en problemas económicos, sino que también incluyeran un objetivo de diversidad, para que sea fácilmente cuantificable cuando se evalúe a los ejecutivos hombres y mujeres.

¿Qué cree que es lo que impide a las mujeres ser ubicadas en posiciones senior?

El sacrificio, los aspectos que debe abandonar a nivel personal, y aun también el hecho de que la mujer se siente juzgada por haber decidido perseguir su carrera profesional. Y todo esto emparejado con la certeza de que no es valorada de la misma forma que sus compañeros hombres, que se refleja en brechas salariales continuas. Muchas mujeres están cansadas de tener que correr de una tarea a la otra, sintiendo que no están haciendo nada bien. Los estereotipos de género y la educación también siguen siendo un rol crucial en el cambio del pensamiento establecido.

¿Cómo pueden abrirse rutas hacia el desarrollo profesional para más mujeres?

La cultura de la empresa debe estar orientada a alcanzar la igualdad de forma tal que se faciliten y garanticen oportunidades iguales tanto para hombres como para mujeres. Esta cultura debe estar basada en los objetivos de mérito y desempeño sin duda, eliminando elementos que fueron importantes en el pasado como “estar presente”.

Afortunadamente, la tecnología juega un rol esencial y nos permite trabajar en forma flexible. La cultura de una empresa debe ser inclusiva y, además de ser implementada, debe ser también evidente, expresa y visualizada para que se filtre todos los niveles de la organización. Al mismo tiempo, nosotras las mujeres necesitamos empoderarnos, perder nuestro miedo y declarar de forma clara lo que queremos. No podemos quedarnos sentadas y pretender que los ascensos se dan por sí solos.

En su opinión, ¿cómo se ve una cultura inclusiva de negocios?

Una cultura inclusiva es fácilmente reconocible porque permite desarrollarse libremente a todos los profesionales en una organización; valora sus diferencias y la contribución de cada uno a un proyecto. Las culturas inclusivas de hoy no buscan un grupo de individuos iguales, más bien creen en el valor del todo y en la diferencia, creando estructuras de negocios y políticas de ascenso comprometidas a hallarle un lugar a todos los puntos de vista.