HUMAN CAPITAL

Reinventarse después de los 50

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La búsqueda de mayor satisfacción laboral, crecimiento y nuevos rumbos no tiene edad. Cada vez más personas van más allá del statu quo y deciden comenzar un nuevo camino.

No hay una sola edad para reinventarse, uno se reinventa todo el tiempo. Pero a veces, hay circunstancias que nos ponen en evidencia la necesidad de cambiar: ya sea el deseo de un nuevo desafío, mejorar las condiciones laborales, la búsqueda de un mayor equilibrio entre vida personal y laboral o el deseo de reincorporarse al mercado luego de un tiempo fuera de él. Cualquiera sea la razón, no hay que inhibirse frente al “ya es tarde”, sino abrirse a nuevas experiencias.

Foto de Matiana Behrends“El sesgo de la edad, muchas veces autoimpuesto, limita todo intento de hacer algún cambio más alineado a los valores de ese momento de la vida. La realidad es que uno tiene la edad que tiene, haga o no esa actividad o vocación dormida. Entonces, mejor vivir esa edad haciendo lo que uno disfruta o necesita, a no hacerlo”, reflexiona Matiana Behrends, Socia de Advisory Services y líder de Human Capital Advisory Services.

En muchos casos, existe una crisis externa que desata la necesidad de un cambio. Es en ese momento en que la inquietud por buscar nuevos caminos se hace visible. Sin embargo, en la mayoría de las personas, la necesidad empieza mucho antes de un detonante puntual. A veces en forma de pequeños cuestionamientos hacia algún aspecto de nuestra vida: qué funciona y qué no, qué funcionaba pero ya dejó de funcionar, o qué es lo que siempre quise que funcione, pero por determinadas cuestiones de la vida no era el momento y ahora quizás sí.

Un estudio del Instituto Americano de Investigación Económica (AIER) en 2015 encontró que el 82% de las personas mayores de 47 años que buscaron un cambio de carrera tuvieron éxito. “Muchas veces vemos que el cambio se da hacia proyectos o emprendimientos propios. Por un lado, porque son una fuente de vitalidad y entusiasmo. Y por otro, porque son lo que podemos controlar. No podemos controlar si el mercado laboral está en alza o en baja. Pero sí podemos controlar nuestros proyectos e ir acomodándonos a lo que plantea la realidad”, destaca Behrends.

Sin embargo, la reinvención no es un proceso lineal ni simple y los resultados no son siempre lo que se esperaba en un primer momento. “Hay que ir haciendo pequeñas experimentaciones que no rompan dramáticamente con la realidad actual: desde reconectar con amigos o conocidos que ya no vemos, anotarse en ese curso que siempre quisimos hasta probar con ese emprendimiento de manera part-time”, señala Matiana Behrends.

 

Cómo lograr un cambio exitoso

Al realizar un cambio de carrera, podemos considerar algunas estrategias para convertir la transición en un proceso viable que no nos resulte dramático ni extremadamente difícil. Pensar este proceso como una serie de etapas que podamos ir planificando y cumpliendo de manera sistemática nos va a ayudar a prepararnos para los diferentes escenarios que se nos presenten:

  • Buscar aquello donde converja lo que sabemos hacer con lo que disfrutamos hacer. Esto le va a dar un sentido al cambio y nos ayudará a enfrentar los desafíos sin desanimarnos.
  • Analizar qué habilidades tenemos y cuáles se requieren para avanzar con el proyecto. Reconocer nuestras habilidades, fortalezas y debilidades nos va a dar el punto de partida y es fundamental para pensar en los primeros pasos sin grandes riesgos. Este conocimiento nos va a permitir conocer si debemos adquirir nuevas habilidades para facilitar la transición o recurrir a otros profesionales.
  • Evaluar la estabilidad financiera. Considerar el impacto económico del cambio de carrera y prepararse para las consecuencias.
  • Implementar herramientas de planificación como las metodologías ágiles.  Esto nos va a permitir gestionar la incertidumbre, adaptarnos al aprendizaje constante y tomar mejores decisiones.

“Aplicar el mindset ágil significa considerar una propuesta de valor inicial que nos permita enfocarnos en lo que verdaderamente importa, para estar dispuestos a adaptarnos y repensar el plan las veces que sea necesario sin frustrarnos, sino por el contrario, aprendiendo de nuestros errores”, comenta Behrends.

Foto de Matiana Behrends“Por ejemplo, si el cambio de vida que nos proponemos es muy grande, experimentar con un nuevo proyecto de forma part-time o realizar cursos específicos en habilidades necesarias para llevarlo adelante, nos va a permitir entender si es lo que estábamos buscando o no. Invertir tiempo en hablar con otras personas que se hayan embarcado en un proyecto similar y aprender de ellas también es una opción muy valiosa.

Estos momentos suelen ser importantes para priorizar oportunidades que nos acerquen un valor real, ya sea de crecimiento personal, libertad para considerar alternativas o aprendizajes que nos acerquen a oportunidades de desarrollo. En todas estas instancias es clave estar dispuestos a cambiar nuestros planes y a pensar en estos cambios como parte de un proceso que resulte finalmente en la consecución de nuestros objetivos”, concluye.