El hidrógeno es el elemento más simple y abundante que existe. Pero no se encuentra en estado puro, sino que está combinado con otros elementos formando, por ejemplo, hidrocarburos y agua. Por lo tanto, no se puede tomar directamente de la naturaleza, sino que es un vector energético que se debe obtener rompiendo las moléculas de los diferentes compuestos.
De acuerdo a la forma de obtención y el nivel de gases de efecto invernadero (GEI) que se emanan en el proceso, podemos encontrar diferentes categorías de hidrógeno, las más conocidas son:
El hidrógeno es muy utilizado para la síntesis del amoníaco, refinación del petróleo e hidrogenación de aceites vegetales, entre otros. Pero al ser altamente inflamable, puede producir hasta tres veces más energía que el combustible fósil. Por lo tanto, aunque es una tecnología incipiente, se considera que puede resultar una alternativa interesante como combustible para transportes, uso doméstico e industrial y generación de energía eléctrica.
Hay diferentes métodos de obtención, aunque todos ellos tienen un factor en común: la utilización de fuentes de energía renovables para llevar adelante los procesos. El principal es la electrólisis, que utiliza energía eléctrica para descomponer las moléculas del agua dulce en oxígeno e hidrógeno.
Este proceso está exento de emisiones de GEI no solo durante su producción, sino también durante su uso. Cuando el hidrógeno se transforma en energía eléctrica mediante el uso de pilas o celdas de combustible, emite agua.
En Argentina existen dos grandes proyectos en la Patagonia. Buscan producir hidrógeno verde utilizando energía eólica, aprovechando la calidad del viento de la región.
En agosto del 2006 se promulgó la Ley 26.123 de promoción del hidrógeno, en la que se declaraba de interés nacional el desarrollo de la tecnología, la producción, el uso y aplicaciones del hidrógeno como combustible y vector de energía. Pero dado que en su artículo 21 estipulaba un plazo de 15 años, ésta venció en el 2021.
Actualmente, se encuentra en tratamiento un nuevo proyecto de Ley de Régimen nacional de promoción del hidrógeno, que promueve la “investigación, innovación, el desarrollo, la producción, la exportación y el uso del hidrógeno de origen renovable como combustible y vector de energía y como insumo para procesos químicos e industriales” y otorga un año para que el Poder Ejecutivo apruebe la Estrategia Nacional del Hidrógeno 2030.
Este nuevo proyecto de ley también establece que los proyectos energéticos que integren el Régimen Nacional de Promoción del Hidrógeno gozarán por 20 años de beneficios promocionales -en relación con el Impuesto al Valor Agregado (IVA), Impuesto a las Ganancias, deducción de la carga financiera del pasivo financiero e importaciones, entre otros-, además de estabilidad fiscal.
Gabriel Righini, socio de Auditoría y referente de la industria "Energía y Recursos Naturales" de Grant Thornton Argentina, comenta: "Nuestro país tiene historia en estar a la vanguardia en desarrollos energéticos, en especial en petróleo y gas. Actualmente, contamos con una oportunidad de alcanzar el autoabastecimiento energético utilizando una matriz combinada de las fuentes disponibles y también pensar, en mediano plazo, de ser exportadores. En ese sentido, invertir y desarrollar energías limpias como el hidrógeno verde puede ayudar a retomar el camino de la innovación y crecimiento cuidando a nuestro planeta."
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