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Nota de interés

Guiándose a través de las BEPS: Las implicaciones y acciones para su empresa

Fernando Fucci Fernando Fucci

Por Fernando Fucci, Socio Impuestos Internacionales Grant Thornton Argentina; Peter Godber, Líder de Impuestos Grant Thornton Singapur y Alastair I. Munro, Director de Impuestos Grant Thornton UK.

Introducción

Si se aplicara de forma constante, el Plan de Acción de la Erosión de la base imponible y traslado de beneficios («BEPS», por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) le otorgaría a las multinacionales la claridad suficiente como para calcular los impuestos a pagar en los países en los que operan.

Pero con los plazos y el nivel de implementación que varían de un país a otro, las recomendaciones de la OCDE podrían generar aún más incertidumbre a corto plazo. Con el aumento de la necesidad del cumplimiento de las obligaciones y de los riesgos esperados como resultado del Plan de Acción, los impuestos comienzan a integrarse en mayor medida al proceso de toma de decisiones de muchas empresas. ¿Cómo puede hacer su empresa para lidiar con los desbarajustes?

La incertidumbre puede ser negativa para los negocios, y los impuestos posiblemente sean una de las áreas más inciertas a las que hay que enfrentarse. No se trata sólo de la cuantía de los impuestos a pagar y su impacto en las ganancias. Como empresa, usted también necesita claridad sobre su posición fiscal para que le ayude a invertir a largo plazo y a desarrollar estrategias de crecimiento.

Sin embargo, en estos últimos años, los cambios y su ritmo creciente han sido la única constante. Las políticas tributarias en diversos países son divergentes y se observa un aumento de los conflictos. El foco cada vez más emotivo y politizado en los impuestos por parte de los medios y sus susceptibilidades, también ha aumentado el riesgo de reputación al responsabilizar a los negocios a que demuestren que con sus impuestos pagos no sólo están cumpliendo, sino que también están realizando una contribución «justa» a la sociedad.

La mayoría de las grandes corporaciones están preparadas para lidiar con los desbarajustes. Son las pequeñas y medianas multinacionales, la mayoría con cuestiones impositivas directas, las que le están haciendo frente a una ardua batalla. Sus preocupaciones provienen de la necesidad de dedicar más recursos al manejo de su situación fiscal, lo que puede resultar costoso y requerir bastante tiempo. Los obstáculos administrativos son cada vez mayores y las reglas del juego en constante cambio obstruyen el ímpetu y el crecimiento.

¿Claridad o disparidad?

El Plan de Acción de BEPS de la OCDE fue diseñado para brindar mayores claridad y consistencia, al crear un marco internacional en común para los impuestos corporativos y asegurarse de que los impuestos se paguen donde se genera el valor (sustancia).

En la práctica, puede tomar un poco de tiempo antes de que esta meta se cumpla debido a las variaciones en los plazos y al nivel de implementación de la nueva legislación en los países participantes. La incertidumbre y los desbarajustes sólo aumentarán y las aguas no se calmarán por al menos cinco años.

La forma en que se apliquen las recomendaciones tendrá un impacto significativo en la cuantía de los impuestos a pagar y cuándo corresponde pagarlos. Los cambios clave van desde la ubicación de las operaciones de negocios que están sujetas a tributación (establecimientos permanentes) hasta el nivel de los pagos de intereses que se pueden deducir de los impuestos. El pasaje de la retención en origen a una mayor retención en destino, también puede generar una suba de precios en países donde ya hay impuestos sobre el consumo.

 

Cómo puede responder su empresa

Mientras que los gobiernos deliberan cómo aplicar las recomendaciones de las BEPS, todavía hay tiempo para dialogar con ellos sobre las áreas que puedan verse impactadas de forma negativa o perjudicial para su empresa y sobre cómo esto se podría atenuar con la eventual legislación. Algunos gobiernos ya han iniciado consultas sobre nuevas normas específicas que puedan resultar necesarias, lo cual les brinda a las empresas la oportunidad de influenciar la forma en la cual las BEPS serán puestas en práctica a nivel nacional. A menudo se olvida cuáles son las implicaciones para las pequeñas y medianas empresas, en medio del furor en torno a las disposiciones fiscales de algunas de las grandes empresas.

Cambios principales en las BEPS

La OCDE ha estimado que el «déficit» anual de las BEPS va desde un 4% a un 10% de ingresos sobre el impuesto a la renta corporativa a nivel mundial, lo que equivale a entre USD 100000 millones y USD 240000 millones. Por lo tanto, muchas empresas deberán anticipar tener que pagar más impuestos una vez que las recomendaciones de la OCDE entren en vigencia.

Los cambios clave recomendados por la OCDE son muy variados y llegan al núcleo de las estructuras comerciales de las empresas. Los cambios incluyen:

  • La neutralización de las ventajas fiscales generadas por las entidades y los instrumentos híbridos;
  • La adopción de medidas para las sociedades extranjeras controladas (SFC) (o el refuerzo de la legislación existente para las SFC);
  • La restricción de las deducciones sobre los intereses;
  • Nuevos requerimientos de carácter comercial para los incentivos fiscales;
  • La prevención del abuso de los tratados de doble imposición y el refuerzo del concepto del establecimiento permanente;
  • Actualización de los conceptos internacionales de Precios de Transferencia que se centran en la creación de valor y un nuevo acercamiento recomendado al arbitraje.

Además de estos cambios, las multinacionales estarán obligadas a presentar un informe a las autoridades fiscales sobre la rentabilidad y la distribución geográfica de su negocio y de sus empleados junto con las políticas de precios de transferencia, de forma periódica y por países («country-by-country reporting»). Este informe puede luego ser compartido con las administraciones fiscales en otras jurisdicciones.

¿Igualdad de condiciones?

El Plan de Acción de BEPS de la OCDE fue respaldado por el G20, lo que significa que los aspectos serán aplicados en las economías que no forman parte de la OCDE, como China y la India. La OCDE también tiene una gran cantidad de países «socios» no miembros que están interesados en adoptar algunas de las propuestas.

Por ejemplo, algunos de los cambios de las BEPS con respecto al abuso de los tratados de doble imposición requieren que los países suscriban un instrumento multilateral que se espera que esté listo a fines de este año. Más de 90 países ya han manifestado que participarán en el instrumento.

Sin embargo, la decisión sobre cuáles de las recomendaciones de las BEPS son incorporadas y de qué forma, recae en gran medida sobre los gobiernos nacionales. Podrían ser ignoradas por completo, aunque como están respaldadas por el G20 y la OCDE, podría haber presión ante valores atípicos. Otros podrían hacer a la inversa y utilizar el Plan de Acción como base para introducir modificaciones impositivas aún más rigurosas, ya sea porque están presionados a responder a las inquietudes políticas, o porque lo ven como una oportunidad para aumentar los ingresos fiscales.

Por otra parte, mientras se establecen normas mínimas en algunas áreas, como los informes por países, muchas de las otras acciones simplemente son recomendaciones, lo cual aumenta el potencial para la interpretación y la implementación diversas.

Por ejemplo, los EE. UU. han acordado incorporar los informes por países, pero otras recomendaciones podrían tener que ser integradas a una reforma más amplia de la política tributaria de los EE. UU., lo que suele ser un proceso constitucional muy lento y complejo. También queda por verse cómo las recomendaciones se alinean con la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (ATCI) de Europa y EE. UU., que actualmente se encuentra en etapa de negociación.

Lo que ya se está comenzando a ver es la aparición de bloques impositivos regionales, dentro de los cuales hay un alto grado de armonización con respecto a cómo se pueden llegar a aplicar las recomendaciones. Otros países podrían sumarse, aunque algunos países dentro de estos bloques todavía querrán ofrecer disposiciones fiscales más favorables que otros.

La Comisión Europea (EC) ha intensificado su propia iniciativa contra la evasión fiscal en estos últimos meses, lo que incluyó la publicación de propuestas de transparencia fiscal. La Comisión Europea también ha revelado recientemente sus planes de generar medidas específicas contra la evasión a lo largo de Europa, las cuales están destinadas principalmente a contribuir en la implementación de las propuestas de la OCDE en Europa de manera coherente.

Cómo puede responder su empresa

Aunque los resultados finales de la implementación de las BEPS en determinados países siguen siendo poco claros, muchos de los principios generales ahora son mucho más visibles.

Por lo tanto, se debe considerar si las ganancias de una jurisdicción a otra se encuentran alineadas a las actividades sustanciales en las que se genera el valor económico para los negocios. El desmantelamiento de las estructuras híbridas de financiamiento y la modelación del impacto de las potenciales restricciones en el interés también pueden ser necesarias.

La revisión de las estructuras de grupo puede ser necesaria para identificar las empresas que pueden no tener la suficiente sustancia como para beneficiarse de los tratados de doble imposición.

El refuerzo del concepto de un establecimiento permanente hará que ahora muchas empresas deban presentar sus declaraciones de impuestos en los países en los que anteriormente no tenían una presencia fiscalmente imponible, y que deban comenzar a pagar impuestos allí. Por ejemplo, el aumento de la movilidad laboral y la frecuencia de los viajes de negocios al exterior o la existencia de almacenes, pueden causar riesgos permanentes para el establecimiento.

Las empresas también deberían examinar las políticas de Precios de Transferencia y confirmar que los procesos son los adecuados para cumplir con el informe por países. El seguimiento cercano de la implementación de las BEPS en los países determinados en los que se tiene operaciones comerciales también es necesario, ya que ayuda a garantizar la correcta identificación de los problemas y al cumplimiento de los nuevos plazos.

¿Cuáles son las principales prioridades?

 El informe por países será la primera de las iniciativas de las BEPS que entrarán en vigor. Como prioridad, se deberá poner el foco en lo siguiente:

 La disponibilidad que tienen las pequeñas y medianas empresas de ser exceptuadas de presentar los informes por países, en donde corresponda;

  • La identificación de la entidad informadora y otras entidades que se incluirán en el informe;
  • La recopilación de la información requerida, por ej., estableciendo si los sistemas internos existentes son los adecuados y decidiendo si es el equipo de impuestos o el de finanzas el que deba tomar la iniciativa;
  • La revisión de las plantillas de simulación de informes por países para saber dónde se necesitan mejoras y la identificación de las transacciones y las políticas de precios que puedan parecer de alto riesgo y atraigan la atención de las autoridades fiscales;
  • La revisión de las políticas de Precios de Transferencia y la preparación de la documentación de apoyo adecuada;
  • Considere cómo manejar las comunicaciones de reportes por países con autoridades de impuesto

Otras cuestiones a tener en cuenta

A pesar de que es mucho lo que se puede hacer para responder a las acciones de las BEPS, hay algunas áreas en las que quizás se tenga menos en control.

Por lo tanto, no sólo es probable que los cambios generen el aumento en la factura tributaria mundial de un grupo, sino que también podrían generar el desvío total de las percepciones impositivas desde algunos países hacia otros. Esto podría traducirse en un potencial para la doble imposición de las mismas ganancias que necesitarán ser gestionadas si diversas autoridades fiscales compiten por los derechos impositivos. Asimismo, el riesgo de sanciones y daños a la reputación de los contribuyentes se incrementará si no se identifican las obligaciones y se cumple con ellas a tiempo.

A algunos contribuyentes les preocupa que las autoridades fiscales utilicen la información de los informes por países como base para las agresivas «expediciones tributarias de pesca», que podrían dar lugar a conflictos y auditorías fiscales si es que se busca realizar ajustes. Los riesgos se intensifican por el hecho de que algunas autoridades fiscales toman las BEPS como una oportunidad de incrementar las recaudaciones y, lo que es más preocupante, por el hecho de que no tienen la capacidad suficiente como para aplicar las regulaciones impositivas que tan eficazmente introducen. A pesar de que las BEPS incluyen medidas sugeridas para una mejor resolución de los conflictos fiscales, esas medidas no son obligatorias. Por lo tanto, existe cierto riesgo de que algunas autoridades fiscales no las apliquen de forma tan rigurosa como otras.

Otras preocupaciones se centran en el riesgo de que los informes por países se puedan filtrar o piratear. La amenaza cibernética relacionada a los impuestos a la que le hacen frente las empresas se puso de relieve con los ataques contra el Servicio Interno de Impuestos de los EE. UU. («IRS», por sus siglas en inglés) en el 2015, por los cuales se comprometieron alrededor de 100000 en rendimientos. Si una organización tan grande y relativamente bien financiada se ve vulnerada, las debilidades potenciales de las tantas autoridades fiscales más pequeñas sobre las cuales se distribuirán los informes por países se convierten en una preocupación.

 

Cómo puede responder su empresa

Dado que la mayor parte de la información necesaria para los informes por países se conserva dentro de sistemas de finanzas y de RR. HH., estos sectores necesitan trabajar con sus equipos de impuestos para completar las declaraciones. Nuestro trabajo con los clientes ha revelado la incertidumbre sobre si es el equipo de impuestos o el de finanzas el que deba tomar la iniciativa. Por lo tanto, resulta importante desarrollar una hoja de ruta clara para saber quién hace qué y para asegurarse de que esto sea respaldado por las capacidades de los sistemas necesarias para suministrar datos confiables y oportunos.

Más que sólo considerar el informe por países como una cuestión de cumplimiento, se necesita revisar la forma en la que las declaraciones pueden aparecer, y centrarse particularmente en la forma en la que los impuestos que se pagan se comparan con el recuento y los rendimientos en el formulario modelo. Luego se puede determinar si existen anomalías que puedan llamar la atención y causar una posible investigación.

Su empresa debe tomarse el tiempo de hacer valoraciones críticas sobre las estructuras operativas actuales para asegurarse de que todavía se adecúan a los objetivos en el marco posterior a las BEPS. No hacerlo podría dejar la puerta abierta para que las autoridades fiscales indaguen sobre aparentes anomalías, aumentando así el riesgo de auditorías y potenciales instancias de doble imposición que podrían tener efectos negativos en los costes y que podría afectar cómo su empresa es vista por los demás.

En posición de ataque

Los gobiernos y quienes establecen las políticas deben comprender la necesidad de las empresas de que haya certeza y claridad. Deben intentar evitar lo que podría convertirse en un impacto desproporcionado sobre las empresas que no han utilizado las lagunas que se suponía iban a ser eliminadas.

Su comité directivo debe comprender las implicaciones para la empresa, incluso dónde se ubican las funciones principales y cómo se estructura, se financia y se gobierna su organización.

Por un tiempo no contaremos con una visión clara del nuevo panorama fiscal internacional.

Pero con un abordaje constante y transparente a la atribución de los beneficios de sus empresas, se podrá comenzar a hacer las evaluaciones y los planes necesarios. Las estructuras internacionales deben tener sustancia comercial, y su política fiscal y empresarial deberá ser minuciosamente documentada.